Los pimientos dulces (Capsicum annuum L.), también conocidos como morrones, pertenecen al género Capsicum y a la familia de las Solanáceas. Son originarios de América, específicamente de regiones tropicales y subtropicales. El pimiento es una planta herbácea perenne y de ciclo anual. Los cultivares de la planta producen frutos dulces de variados colores como rojo, amarillo, naranja, verde. En Chile, el principal destino de la producción es el mercado fresco, aun cuando también se exporta como conserva, deshidratado, y jugo.
Polinización natural
Las flores del pimiento dulce son hermafroditas, solitarias y axilares y contienen anteras (que producen polen) y pistilos (que reciben polen). Una brisa ligera o el movimiento de insectos voladores pueden desplazar las anteras hacia los pistilos de la flor y así completar la polinización. Los pimientos dulces cultivados en invernaderos y túneles requieren la ayuda adicional de los abejorros quienes tienen una orientación visual superior a la de las abejas melíferas, lo que les permite polinizar en interiores. La polinización natural no solo es extremadamente efectiva, sino que también aumenta el rendimiento y la calidad de la fruta.
Los abejorros no almacenan miel como la abeja melífera, por lo cual deben alimentarse diariamente y trabajan muy rápido (4 veces más rápido que la abeja melífera), lo cual significa que visitan muchas más flores en un momento dado.
Los abejorros son muy grandes (el doble del tamaño de la abeja melífera) y poseen más vellos, por lo que cada visita a la flor provoca una polinización efectiva. En pimientos se ha comprobado que el uso de abejorros mejora tanto el número de semillas como el peso de la semilla en comparación con la polinización manual.
Plagas y enfermedades
El enfoque multifacético de BioBee para el manejo integrado de plagas (MIP) emplea múltiples estrategias para lograr reducir las poblaciones de insectos a niveles tolerables. Además de la liberación gradual de insectos benéficos específicos sobre el hospedero, BioBee se enfoca en promover el uso racional de los métodos químicos, fomentando en los agricultores el monitoreo y el uso de pesticidas selectivos “de menor toxicidad”. Esta estrategia ayuda a los agricultores a dejar de usar productos químicos “de mayor toxicidad y amplio espectro”, que son peligrosos para la población humana y el medio ambiente, además de tener residuos de mayor persistencia.
El uso conjunto de estas estrategias junto con un manejo cultural adecuado, ha demostrado favorecer el rendimiento de los cultivos comerciales incrementando, como resultado, las ganancias para el productor.
Gracias al aporte que BioBee hace a través de sus programas de control plagas, los clientes pueden cumplir con la estricta legislación europea, de EE. UU., Japón y otros países con respecto a los LMR (Límites máximos de residuos), así como también los requisitos de GAP (Buenas Prácticas Agrícolas), incluido GLOBAL GAP (un estándar voluntario requerido por muchas cadenas de supermercados en Europa). De este modo, Los productos cultivados con BioBee requieren un uso mínimo de pesticidas.
El personal de BioBee está ampliamente capacitado en el reconocimiento de plagas y sus enemigos naturales, así como en el monitoreo de insectos través de su biología y comportamiento, trabajando directamente con los productores para implementar un programa MIP a la medida que satisfaga sus necesidades específicas. Este programa personalizado se implementa con éxito bajo la supervisión y orientación continua del personal de BioBee.