El kiwi es un frutal de hoja caduca originario del Sureste de Asia que posee hábito trepador. Su fruto corresponde a una baya ovalada de 5 a 7 cm, de color café verdoso o cobrizo cubierta de pequeños vellos. La pulpa, en tanto, es de color verde y posee numerosas semillas. Chile es el tercer exportador de kiwi a nivel mundial. Destacan variedades como Hayward, Jintao, Dori, Soreli y Summer Kiwi.
Polinización natural
Las flores del kiwi son de color blanco a crema, poseen un gran tamaño y se disponen de manera solitaria o en grupos de 2 a 8 en las axilas de las hojas. Sus flores tienen baja cantidad de néctar, motivo por el cual no son muy atractivas para las abejas. El kiwi es una planta dioica, es decir, posee flores masculinas y femeninas en plantas separadas. En estos casos, es imprescindible la transferencia de polen a través de insectos polinizadores para llevar a cabo una exitosa polinización cruzada. Para producir frutos de calidad cada flor requiere de una gran cantidad de granos de polen sobre sus estigmas. En este caso, los abejorros gracias a su tamaño corporal (el doble de la abeja melífera) depositan más granos de polen en la flor, obteniendo mayores rendimientos, menos aborto y frutos de mayor calidad con mayor número de semillas y mayor peso. Los abejorros son eficientes polinizadores ya que trabajan en un amplio rango de temperaturas, con días nublados, vientos o lloviznas. Además, poseen una superior orientación visual en comparación con las abejas melíferas, por lo cual, trabajan eficientemente en condiciones de baja luminosidad bajo los parrones de kiwi o bajo cubiertas.
Los abejorros no almacenan miel como la abeja melífera, por lo cual deben alimentarse diariamente y trabajan cuatro veces más rápido que la abeja, visitando muchas más flores en un momento dado.
Una última ventaja de los abejorros es su capacidad de permanecer en el cultivo, debido a que a diferencia de la abeja, su lenguaje es menos desarrollado en la transferencia de información sobre fuentes más atractivas de alimento.
Plagas y enfermedades
Las plagas pueden hacer que los frutos no sean aptos para el mercado o que la planta se debilite disminuyendo su rendimiento. En algunos casos, estos organismos pueden llegar a ocasionar incluso la muerte de la planta. Por lo tanto, realizar un adecuado monitoreo como parte del manejo integrado de plagas (MIP) dentro del huerto es esencial, para tomar adecuadas decisiones y poder elegir la mejor estrategia de control. Es recomendable siempre realizar el monitoreo sobre la base de las plagas presentes, así como también de los insectos benéficos.
El enfoque multifacético de BioBee para el manejo integrado de plagas (MIP) emplea múltiples estrategias para lograr reducir las poblaciones de insectos a niveles tolerables. Además de la liberación gradual de insectos benéficos específicos sobre el hospedero, BioBee se enfoca en promover el uso racional de los métodos químicos, fomentando en los agricultores el monitoreo y el uso de pesticidas selectivos “de menor toxicidad”. Esta estrategia ayuda a los agricultores a dejar de usar productos químicos “de mayor toxicidad y amplio espectro”, que son peligrosos para la población humana y el medio ambiente, además de tener residuos de mayor persistencia.
El uso conjunto de estas estrategias junto con un manejo cultural adecuado, ha demostrado favorecer el rendimiento de los cultivos comerciales incrementando, como resultado, las ganancias para el productor.
Gracias al aporte que BioBee hace a través de sus programas de control plagas, los clientes pueden cumplir con la estricta legislación europea, de EE. UU., Japón y otros países con respecto a los LMR (Límites máximos de residuos), así como también los requisitos de GAP (Buenas Prácticas Agrícolas), incluido GLOBAL GAP (un estándar voluntario requerido por muchas cadenas de supermercados en Europa). De este modo, Los productos cultivados con BioBee requieren un uso mínimo de pesticidas.
El personal de BioBee está ampliamente capacitado en el reconocimiento de plagas y sus enemigos naturales, así como en el monitoreo de insectos través de su biología y comportamiento, trabajando directamente con los productores para implementar un programa MIP a la medida que satisfaga sus necesidades específicas. Este programa personalizado se implementa con éxito bajo la supervisión y orientación continua del personal de BioBee.