El olivo es una especie rústica de hoja persistente originario de Asia menor. Es considero uno de los frutales con mayor antigüedad en el mundo y su introducción en Chile data del siglo XVI. Es característico de climas mediterráneos y su cultivo se destina a la producción de aceitunas de mesa y aceite de oliva.
En chile, la mayor parte de la superficie cultivada con olivos se orienta a la producción de variedades de aceite para la exportación de aceite de oliva. Destaca principalmente la variedad Arbequina y otras variedades como Arbosana, leccino, Picual, Koroneiki y Coratina.
Las plagas pueden hacer que los frutos no sean aptos para el mercado o que la planta se debilite disminuyendo su rendimiento. En algunos casos, estos organismos pueden llegar a ocasionar incluso la muerte de la planta. Por lo tanto, realizar un adecuado monitoreo como parte del manejo integrado de plagas (MIP) dentro del huerto es esencial, para tomar adecuadas decisiones y poder elegir la mejor estrategia de control. Es recomendable siempre realizar el monitoreo sobre la base de las plagas presentes, así como también de los insectos benéficos.
Los olivos son atacados por diversas plagas, entre las que podemos mencionar: conchuelas, chanchitos blancos, escamas, trips, lepidópteros y otros
Plagas y enfermedades
El enfoque multifacético de BioBee para el manejo integrado de plagas (MIP) emplea múltiples estrategias para lograr reducir las poblaciones de insectos a niveles tolerables. Además de la liberación gradual de insectos benéficos específicos sobre el hospedero, BioBee se enfoca en promover el uso racional de los métodos químicos, fomentando en los agricultores el monitoreo y el uso de pesticidas selectivos “de menor toxicidad”. Esta estrategia ayuda a los agricultores a dejar de usar productos químicos “de mayor toxicidad y amplio espectro”, que son peligrosos para la población humana y el medio ambiente, además de tener residuos de mayor persistencia.
El uso conjunto de estas estrategias junto con un manejo cultural adecuado, ha demostrado favorecer el rendimiento de los cultivos comerciales incrementando, como resultado, las ganancias para el productor.
Gracias al aporte que BioBee hace a través de sus programas de control plagas, los clientes pueden cumplir con la estricta legislación europea, de EE. UU., Japón y otros países con respecto a los LMR (Límites máximos de residuos), así como también los requisitos de GAP (Buenas Prácticas Agrícolas), incluido GLOBAL GAP (un estándar voluntario requerido por muchas cadenas de supermercados en Europa). De este modo, Los productos cultivados con BioBee requieren un uso mínimo de pesticidas.
El personal de BioBee está ampliamente capacitado en el reconocimiento de plagas y sus enemigos naturales, así como en el monitoreo de insectos través de su biología y comportamiento, trabajando directamente con los productores para implementar un programa MIP a la medida que satisfaga sus necesidades específicas. Este programa personalizado se implementa con éxito bajo la supervisión y orientación continua del personal de BioBee.