El melón “Cucumis melois”, es una planta herbácea, rastrera y vigorosa, perteneciente a la familia de las cucurbitáceas. Por lo general, la planta es monoica o andromonoica. Las flores son solitarias, de color amarillo y pueden ser masculinas, femeninas o hermafroditas. Su fruto corresponde a una baya de forma variable, con corteza verde, amarillo, anaranjado o blanco y corteza lisa, reticulada o estriada.
Las principales variedades cultivadas en Chile corresponden a las variedades botánicas reticulatus llamadas comúnmente “Calameñas” e inodorus llamadas como “Tuna”. La mayoría del área productiva tiene como destino el mercado fresco interno, cultivándose mayormente al aire libre, entre primavera y verano en la zona Centro-Norte del país.
Polinizacion natural
El polen del melón es pesado y pegajoso lo que dificulta su transferencia a través del viento. Para la producción de frutos, el polen de las flores masculinas debe transferirse al estigma de las flores femeninas. Debido a esto, los insectos realizan una mejor polinización, lo que se traduce en un mayor número de semillas con frutos de mayor peso y tamaño. Los abejorros son eficientes polinizadores de melones ya que por su tamaño (el doble del tamaño de la abeja melífera) y la cantidad de vellos en su cuerpo, poseen mayor eficiencia en la transferencia del polen en cada viaje, por lo que cada visita a la flor provoca una polinización efectiva.
Los abejorros no almacenan miel como la abeja melífera, por lo cual deben alimentarse diariamente y trabajan muy rápido (4 veces más rápido que la abeja melífera), lo cual significa que visitan muchas más flores en un momento dado.
Plagas y enfermedades
El enfoque multifacético de BioBee para el manejo integrado de plagas (MIP) emplea múltiples estrategias para lograr reducir las poblaciones de insectos a niveles tolerables. Además de la liberación gradual de insectos benéficos específicos sobre el hospedero, BioBee se enfoca en promover el uso racional de los métodos químicos, fomentando en los agricultores el monitoreo y el uso de pesticidas selectivos “de menor toxicidad”. Esta estrategia ayuda a los agricultores a dejar de usar productos químicos “de mayor toxicidad y amplio espectro”, que son peligrosos para la población humana y el medio ambiente, además de tener residuos de mayor persistencia.
El uso conjunto de estas estrategias junto con un manejo cultural adecuado, ha demostrado favorecer el rendimiento de los cultivos comerciales incrementando, como resultado, las ganancias para el productor.
Gracias al aporte que BioBee hace a través de sus programas de control plagas, los clientes pueden cumplir con la estricta legislación europea, de EE. UU., Japón y otros países con respecto a los LMR (Límites máximos de residuos), así como también los requisitos de GAP (Buenas Prácticas Agrícolas), incluido GLOBAL GAP (un estándar voluntario requerido por muchas cadenas de supermercados en Europa). De este modo, Los productos cultivados con BioBee requieren un uso mínimo de pesticidas.
El personal de BioBee está ampliamente capacitado en el reconocimiento de plagas y sus enemigos naturales, así como en el monitoreo de insectos través de su biología y comportamiento, trabajando directamente con los productores para implementar un programa MIP a la medida que satisfaga sus necesidades específicas. Este programa personalizado se implementa con éxito bajo la supervisión y orientación continua del personal de BioBee.