Originaria de las zonas tropicales y subtropicales asiáticas, la berenjena, “Solanun belangena” es una planta herbácea con aspecto arbustivo o anual de la familia de las Solanáceas. Sus flores son de color violáceo y florecen en ramilletes de tres a cinco flores. De estas flores sólo una es hermafrodita dando lugar a un fruto comercial.
Polinización natural
Las berenjenas cultivadas en invernadero se favorecen por el uso de abejorros ya que estos realizan una polinización vibrátil favoreciendo el desprendimiento del polen desde las anteras, además, tienen una orientación visual superior a la de las abejas melíferas, lo que les permite polinizar en interiores. La polinización natural no solo es extremadamente efectiva, sino que también aumenta el rendimiento y la calidad de la fruta. Por su mayor tamaño (el doble de la abeja melífera) y su mayor cantidad de vellos, los abejorros depositan sobre las flores, tres veces más granos de polen que la abeja melífera, por lo que cada visita a la flor provoca una polinización efectiva.
Los abejorros no almacenan miel como la abeja melífera, por lo cual deben alimentarse diariamente trabajando rápidamente (4 veces más rápido que la abeja melífera), visitando muchas más flores en un momento dado, Además permanecen en el cultivo, ya que, a diferencia de la abeja, su lenguaje es menos desarrollado para transferir información sobre fuentes más atractivas de alimento.
Plagas y enfermedades
El enfoque multifacético de BioBee para el manejo integrado de plagas (MIP) emplea múltiples estrategias para lograr reducir las poblaciones de insectos a niveles tolerables. Además de la liberación gradual de insectos benéficos específicos sobre el hospedero, BioBee se enfoca en promover el uso racional de los métodos químicos, fomentando en los agricultores el monitoreo y el uso de pesticidas selectivos “de menor toxicidad”. Esta estrategia ayuda a los agricultores a dejar de usar productos químicos “de mayor toxicidad y amplio espectro”, que son peligrosos para la población humana y el medio ambiente, además de tener residuos de mayor persistencia.
El uso conjunto de estas estrategias junto con un manejo cultural adecuado, ha demostrado favorecer el rendimiento de los cultivos comerciales incrementando, como resultado, las ganancias para el productor.
Gracias al aporte que BioBee hace a través de sus programas de control plagas, los clientes pueden cumplir con la estricta legislación europea, de EE. UU., Japón y otros países con respecto a los LMR (Límites máximos de residuos), así como también los requisitos de GAP (Buenas Prácticas Agrícolas), incluido GLOBAL GAP (un estándar voluntario requerido por muchas cadenas de supermercados en Europa). De este modo, Los productos cultivados con BioBee requieren un uso mínimo de pesticidas.
El personal de BioBee está ampliamente capacitado en el reconocimiento de plagas y sus enemigos naturales, así como en el monitoreo de insectos través de su biología y comportamiento, trabajando directamente con los productores para implementar un programa MIP a la medida que satisfaga sus necesidades específicas. Este programa personalizado se implementa con éxito bajo la supervisión y orientación continua del personal de BioBee.