El pulgón negro de los cítricos es una especie vivípara, que solamente se reproduce por partenogénesis. La duración del ciclo desde ninfa a hembra adulta, bajo condiciones óptimas para su desarrollo (de 22°C a 25°C), es de alrededor de una semana, lo que puede originar varias generaciones durante el año. Este áfido se encuentra activo desde los 7°C a los 32° C.
DAÑO
Retraso en el crecimiento de las plantas
Los adultos y las ninfas se alimentan de la savia de las plantas y alteran el equilibrio de la hormona de crecimiento. Como resultado, el desarrollo de la planta se retrasa dando lugar a hojas, meristemas o frutos deformados y encarrujamiento de hojas que les confiere protección. Si la infestación ocurre temprano en la temporada, puede provocar la muerte de las plantas jóvenes.
Fumagina: Moho fúngico negro
Los pulgones secretan una mielecilla pegajosa en la que se desarrolla un moho fúngico negro: la fumagina. La savia vegetal tiene un bajo contenido en proteínas, pero es rica en azúcares. Por lo tanto, los pulgones necesitan extraer grandes cantidades de savia para obtener suficientes proteínas. El exceso de azúcar se secreta en forma de mielecilla, haciendo que el cultivo y su fruto se vuelvan pegajosos. Los mohos fúngicos negros crecen en la mielecilla, contaminando las frutas y los cultivos ornamentales, depreciando su calidad, haciéndolos inadecuados para el mercado. Además, se reduce la fotosíntesis en las hojas, lo que afecta la producción.
Existen enemigos naturales específicos para diferentes especies de pulgones.
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