Los zapallos son parte de la familia de las cucurbitáceas. Existen muchas especies de cucurbita: ficifolia, máxima, mixta, moschata y pepo (zapallo italiano). El Zapallo de guarda (Cucurbita máxima) es una planta monoica originaria de América.
El zapallo es una planta herbácea de tallo trepador con zarcillos, existiendo los tipos rastrero y arbustivo. Posee hojas redondeadas o lóbulos poco desarrollados y sus bordes son ligeramente dentados. Tanto tallos como follaje poseen una suave pubescencia. Su fruto es una baya de gran tamaño con paredes endurecidas de color verde grisáceo y pulpa naranja.
La planta de zapallo italiano (cucúrbita pepo) presenta un hábito de crecimiento erecto, con tallos vigorosos, hojas lobuladas de tamaño medio, bordes aserrados y presencia de pequeñas espinas. Sus flores amarillo intenso son unisexuadas, encontrándose ambas presentes en una misma planta, El fruto es de color verde con leve reticulado y tiene forma cilíndrica alargada y sin cintura. Su producción se destina principalmente al consumo en fresco y se comercializa en el mercado interno. Destacan variedades como Negro Chileno, Arauco, Clarita, Chacabuco,
Entre las variedades cultivadas en Chile destacan: Camote, Yagán, Diaguita y Jamboree.
Polinización natural
Las flores del zapallo se ven favorecidas por la polinización entomófila. Sus flores son axilares, casi siempre solitarias, de color blanco o amarillo, de forma acampanada, y generalmente monoicas, aunque existen formas andromonoicas.
Los abejorros son eficientes polinizadores de zapallos ya que por su tamaño (el doble del tamaño de la abeja melífera) y la cantidad de vellos en su cuerpo, poseen mayor eficiencia en la transferencia del polen en cada viaje, por lo que cada visita a la flor provoca una polinización efectiva. Los abejorros no almacenan miel como la abeja melífera, por lo cual deben alimentarse diariamente y trabajan muy rápido (4 veces más rápido que la abeja melífera), lo cual significa que visitan muchas más flores en un momento dado.
Plagas y enfermedades
El enfoque multifacético de BioBee para el manejo integrado de plagas (MIP) emplea múltiples estrategias para lograr reducir las poblaciones de insectos a niveles tolerables. Además de la liberación gradual de insectos benéficos específicos sobre el hospedero, BioBee se enfoca en promover el uso racional de los métodos químicos, fomentando en los agricultores el monitoreo y el uso de pesticidas selectivos “de menor toxicidad”. Esta estrategia ayuda a los agricultores a dejar de usar productos químicos “de mayor toxicidad y amplio espectro”, que son peligrosos para la población humana y el medio ambiente, además de tener residuos de mayor persistencia.
El uso conjunto de estas estrategias junto con un manejo cultural adecuado, ha demostrado favorecer el rendimiento de los cultivos comerciales incrementando, como resultado, las ganancias para el productor.
Gracias al aporte que BioBee hace a través de sus programas de control plagas, los clientes pueden cumplir con la estricta legislación europea, de EE. UU., Japón y otros países con respecto a los LMR (Límites máximos de residuos), así como también los requisitos de GAP (Buenas Prácticas Agrícolas), incluido GLOBAL GAP (un estándar voluntario requerido por muchas cadenas de supermercados en Europa). De este modo, Los productos cultivados con BioBee requieren un uso mínimo de pesticidas.
El personal de BioBee está ampliamente capacitado en el reconocimiento de plagas y sus enemigos naturales, así como en el monitoreo de insectos través de su biología y comportamiento, trabajando directamente con los productores para implementar un programa MIP a la medida que satisfaga sus necesidades específicas. Este programa personalizado se implementa con éxito bajo la supervisión y orientación continua del personal de BioBee.